Mi refuguio

Sé que no debo temer nada de ti,
sé que tu eres mi refugio,
que eres la mano silenciosa que me guía,
que tu eres la lluvia,
que eres el fuego y la alegría.

 Sé que si tu sales, te acompaño,
que, si yo estoy, te quedas.

Sé que si me hieren, tu me curas
que mis lágrimas están contigo bien seguras.

 Por eso estoy tranquilo, te conozco
sé que, si caigo, me enviarás un aliento fugitivo
y me recogerás del suelo
igual que el barrendero recoge las hojas del otoño.

 Sé que me quieres y me sigues las pisadas,
que, cuando tu apareces, huye el enemigo,
sé que te llamo y me besas en los labios
que devoras mis sentimientos íntimos
y los guardas en la caja fuerte de tu pecho.
 

Sé que puedo estar tranquilo
mientras la vida pasa
y tu existas.
 

 M.G.