No fui sombra de árbol
sino hoja creciente ha la luz
de su sol.
Yo crecía cada día,
cada momento
en que el aire soplaba
en aquella vida
Sin sollozos ni sombras,
eso, no existió!
Más como todo gira,
el sol se giro........
el sol se giro........
dando sombra ha mis días,
y mis noches de ausencia de amor,
solas quedaron
ante la luz, de velas encendidas.
Más conservo para el mi amor
sin altar, ni juramentos
sin que le pueda dar muerte yo.
Ay! sombra que no cesas,
deja que mis días tengan luz,
de aquel sol.
sin que le pueda dar muerte yo.
Ay! sombra que no cesas,
deja que mis días tengan luz,
de aquel sol.
Pilar A.
1 comentario:
Querida Haia...
Decir que mis ojos se llenaron de lagrima. Con tu sentimiento fecundo, y profundo, que ha quedado en tu vida
Precioso poema.
Sin altar ni juramento ect.....
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