Como primavera en flor estuvo mi mente
llena de colores y perfumes que llenaron
todo mi espacio.
Él lo invadió todo.
Más no debí olvidar, que el otoño existe
que la luz se apaga, donde la oscuridad
ya eres tu sola, y nadie habla.
¡Ay! si yo supiera cantarle al Alma
qué cosas le diría.
! Que llantos le quitara.¡
Pero no sé, más que acompañarla, y
llorar con ella, cada mañana.
Recordándole día a día
que el silencio se romperá
qué calle y viva.
Que no me diga más que sufre
desde aquel día.
Ya no quiero vivir del recuerdo
si no disfrutar del alba
y sentirme arropada.
Así calladamente mi Alma
estará sosegada,
creando poemas para decirle al oído
cada mañana.
Pilar A.
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