Las cenizas



Elegiste un destino tan separado
del mío
que solo queda dolor
donde hubo Amor.

No se puede apagar el fuego con
el aire, más si con lagrimas
ellas, son virtud, y curativas .

El fuego debe reposar, guardando las cenizas
para que los recuerdos bellos
de aquel momento de vida
aviven la misma existencia
del presente.

Sin embargó, todavía es como si el viento
se quisiera llevar hasta las cenizas
y solo quedara el dolor.

Pero toda ceniza da germen
brotes nuevos
y, volverá, a germinar el Amor
del negro de las mismas.
 
Y
 
Recordando el ave Fénix,
resurgiré, dejando que el
fuego por acción
consuma este Amor.

Sabedora, que lo que muere renace con toda su gloria,
quedando la experiencia de no haber sembrado en tierra fértil.
 
Pilar A.
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

De lo mejor que he leído últimamente!!!

Un placer leerte, Haia