Tu compañia

Mi corazón busco tu compañía, y
las noches se llenaron de cariarías
donde tus manos descubrieron mis
mas íntimos placeres.

Pero elegí, mi frió en el alba
ante mi estima, y tú dulzura
y
ya se consumió el Amor
ante la candela.
 
Poniendo cenizas al presente
donde lloro y no me da vergüenza
pues me daña el dolor de tal manera
que nunca crei que palabras así yo mereciera
mas tampoco pensé, que dolor así existiera.

El dolor trago consigo lo acostumbrado
el llanto y las heridas, y quiere quedarse dentro
creando estancia de falsos argumentos, más ya no creo en ti
por eso, no hablo de Dios, y me visto de prudencia.

¡Ay! pero me visita tu recuerdo, sin yo invitarte
poniéndote en mi mente, resultando difícil volcar en palabras
lo que queda de ti en mi memoria
solo un nombre, un recuerdo, una sombra
un aroma , el roce de tus manos en mis noches
sin presencia.

¿Qué quedo en ti de aquellos encuentros?

La sorpresa, lo banal de una duda, un antojo, un capricho
la sed de un placer inmediato y superfluo.

Amar es otro estado
donde el respeto vence sin triunfo y se come al pasar los agravios.
 
Pilar A.

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